domingo, 26 de junio de 2016

El corredor de fondo

Archiconocida es la crónica que un periódico estadounidense hizo de Lola Flores: "No sabe cantar, no sabe bailar, pero no se la pierda". De Mariano Rajoy puede decirse otro tanto. No comunica, no transmite, pero no tiene rival. La aplicación escrupulosa del método Homer Simpson (si tienes un problema, acuéstate a ver si por la mañana se ha resuelto) se traduce en interesantes réditos electorales para el presidente. Hay que reconocerle, al menos, dos virtudes. Una: la capacidad para poner nervioso a todos sus rivales hasta que estos se inmolan. Sean independentistas catalanes o jóvenes y emergentes líderes. Dos: la paciencia del corredor de fondo.
Ha cosechado los dos peores registros desde la fundación del PP. Sin embargo, su camino está despejado: el PSOE sigue de derrota en derrota hasta la victoria final. Podemos e Izquierda Unida suman, exactamente, los mismos escaños que en diciembre. Y Ciudadanos -tal vez su gran preocupación- se desgasta entre el voto útil y las consecuencias del pacto con el PSOE. Ello nos deja a un Pedro Sánchez sin futuro ni relevo -hasta en el granero andaluz pierden los socialistas- y a una formación morada que ha alcanzado su techo de votos quizá tan rápido como irrumpió en la vida política española. Ahora vendrán las tensiones internas en los otros tres grandes partidos, con excesivas prisas que les han llevado a cometer grandes errores de cálculo. Tengo la impresión de que, como en el tópico rockero, alguien acabará viviendo demasiado deprisa y dejando un hermoso cadáver político encima de la mesa. Mientras, un señor de provincias con el Marca como primera lectura sigue impertérrito. Así está el patio.

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