domingo, 28 de febrero de 2016

Un lugar en el mundo

En su magistral "Mountains beyond Mountains", Arcade Fire narra los sueños y límites de una infancia ya lejana. Habla de montañas tras montañas; de ese ambiente en que el final de nuestro barrio es la primera frontera y de aquella tienda que es el castillo infranqueable. Un lugar en el mundo; ese mismo sitio en el que el derbi más apasionado es contra los de la calle de  al lado y en que una escalera apartada es el lugar para el primer beso o el cigarro más furtivo.
Un lugar que, conforme crecemos, se nos hace más pequeño y entrañable. Esa rata correteando por los anaqueles de nuestra memoria. Ese sitio que siempre soñamos con abandonar, y al que la nostalgia nos devuelve en momentos de soledad como el peregrino se encuentra con la romería. La base desde la que diseñábamos, ingenuos, un futuro esplendoroso lleno de riquezas y parabienes.
De ese colegio que siempre es la primera colina que conquistar, salimos un día. Y descubrimos que la maldad, la traición, la mediocridad y la hipocresía son compañeras de viaje perennes por mucho que no queramos aceptarlas. ¡Qué diferencia con los viejos códigos del barrio!: juguemos a las guerrillas, pero no vale quejarse si nos hacemos daño. Hagamos, ahí en ese pequeño terraplén, nuestra selva por la que corretear y guardemos un sepulcral silencio si se trata de enterrar, junto a una cañería, a la mascota de alguien. Si el del balón no juega más, se acabó el partido, y si alguno se daña, lo mecemos hasta su casa como un Cristo en recogida.
A mi barrio vuelvo casi a diario. Sus edificios, ya achacosos, fueron el lugar de mis primeros sueños de grandeza. Partí para comerme el mundo, y al final es el mundo el que me come. Pero siempre con una cosa clara. Qué mi infancia es mi patria. Y que en mi lugar ideal, con oler a tierra mojada o sentir una caricia a medianoche, basta. Que el ronroneo de un gato sirve como himno nacional, un beso por credo, un modesto piso por todo palacio y la risa de un niño por toda bandera. Ese es mi lugar en el mundo. Mi montaña tras otra montaña. 

domingo, 21 de febrero de 2016

Mis candidatos al Ministerio

Decía, al comienzo de la segunda temporada de El Ministerio del Tiempo, que ese es el único departamento gubernamental que funciona hoy a la perfección en España. Una serie vibrante, que nos acerca a nuestra propia historia con un ritmo trepidante y desde una idea novedosa. Para que luego digamos que las mejores series son norteamericanas.
En cualquier caso, celebraría que el Ministerio siguiese sacando del baúl de los recuerdos personajes y hechos más o menos olvidados, dado que ha conectado bien con la mayoría del público. Creo, honestamente, que si conseguimos que los jóvenes se vayan a Google a buscar quien fue, que hizo y cuando murió tal personaje, merece la pena esa ficción.
Propondría, desde mi condición de respetuoso 'ministérico' y con la modestia de mis conocimientos, algunos españoles que, considero, debieran ser objeto no ya de un cameo sino de grandes películas o series cada uno de ellos. Es más: si fuéramos anglosajones, ya los tendrían.
Sin más criterio a la hora de ordenar la lista que los chasquidos de mi memoria, ahí van
1) Eduardo Propper de Callejón
Tres días de frenética actividad en la legación española en Burdeos para que un eficaz funcionario de la carrera diplomática y emparetado con una adinerada familia salvara miles de vidas. Tres días de calor asfixiante, con noches sin dormir y miles de personas apiñadas ante el Consulado de una España recién nacida al fascismo pero que fue una auténtica tabla de salvación para aquellos hombres y mujeres que deben su vida al abuelo de Helena Bonham-Carter. 
2) Angel Sanz-Briz. Casi por los mismos motivos que el anterior, estuvo a punto de sacrificar su vida en la Budapest de finales de la II Guerra Mundial. Una  argucia legal, como interpretar de un modo 'sui generis' un texto de Miguel Primo de Rivera permitió al "Angel de Budapest" salvar cinco veces más vidas que el celebérrimo Oskar Schlinder. No fueron los únicos: mi amiga Patricia Martínez Vicente me afearía -y con razón- que me olvidase de su admirable progenitor
                                                     
3)  Muhammad Al Idrissi
No: no es por el paisanaje. El ceutí más importante de la historia fue un hombre avanzado a su tiempo; prefirió expandir el conocimiento antes que perderse en guerras por religión. Trabajó para Roger II de Sicilia, realizando una descripción cartográfica del mundo que sirvió al mismísimo Cristóbal Colón  para elaborar los mapas de navegación de cara al trascendental viaje a América. Fue, casi, el primero en certificar que la tierra era redonda y en establecer una metodología para describir no sólo los lugares sino sus costumbres. 
4) Juan Pujol García
He defendido que es el español más influyente desde Colón. Y lo mantengo: la unión de firmes convicciones, una inaudita capacidad para interpretar/fantasear y un espíritu aventurero propiciaron que este catalán de familia burguesa fuera, entre otras cosas, el único caso conocido de persona condecorada por dos bandos enfrentados en tiempos de guerra. Y que gracias a el, fuera posible que el Desembarco de Normandía constituyese el golpe definitivo de gracia al nazismo en Europa. No sólo su magistral engaño a la Alemania nazi; la propia simulación de su muerte y una vida inventada durante cuarenta años hacen de el uno de los personajes más atrayentes de la historia del Siglo XX. 
                                                      
5) Marcelino Orbés
Casi un siglo antes de que Pedro Almodóvar y Antonio Banderas ingresaran en el firmamento de Hollywood, un español de provincias se había convertido en la mayor sensación del mundo artístico norteamericano. El payaso Marcelino inspiró al mismísimo Chaplin a la hora de crear a Charlot y su desgraciada vida personal -murió en la ruina y la alcoholemia, incapaz de superar su pérdida de popularidad- fue la base argumental para Candilejas, obra cumbre de su más célebre admirador.
                                                        6) Domingo Badía "Ali Bey"
No deja de tener cierta mala baba que la plaza en la que cada 11 S se escenifica el homenaje a Rafael Casanova sea contigua a la calle que glosa al primer occidental en describir La Meca. Domingo Badía "Alí Bey", espía por vocación, aceptó la fascinante aventura propuesta por Godoy,  el valido, y su viaje -con circuncisión y encarnación de un falso príncipe incluidos- abrió el camino que luego seguirían otros más mediáticos y reconocidos como Lawrence de Arabia. 
                                                         


                                                      7) África De las Heras "Patria"
La extranjera que alcanzó la más alta distinción por la Unión Soviética. Una mujer que podría encarnar, desde la perspectiva del espionaje, todos los tópicos de la "femme fatale": bella, seductora, gran amante y metódicamente calculadora. Qué se lo pregunten a León Trotsky, en cuyo asesinato aquella 'secretaria' fue parte capital. O a los jefes del Politburó que respiraban aliviados oyendo como aquella niña ceutí de buena familia les narraba, a pie de playa, el fracaso de la invasión norteamericana de Bahía Cochinos. Entre otras muchas cuestiones. 
                                                          
                                               8) Alonso Sánchez de Huelva
Tan convencido estaba Colón de llevar buen ritmo en su viaje a América, que resulta imposible que no guardase un secreto para sí. Tal vez, aquel misterioso encuentro en Madeira con un marinero moribundo que le dijo venir de un mundo de extrañas mujeres desnudas y montes con forma de Cristo. Justo después del misterioso encuentro, Colón inicia el "crowfunding" del siglo XV para financiar su viaje ¿Casualidad?
                                                 
                                                         9) Vicente Ferrer
El único al que tuve la oportunidad de conocer. De verlo de lejos, y de sentir que estaba ante un hombre especial. Era puro carisma; supongo que en aquella fría carpa en la que recibía el Premio Convivencia en 2000 en medio de una infantil pelea entre Antonio Sampietro y Josep Piqué se debían notar décadas de trabajo en favor de los más desfavorecidos en la India. El gran apóstol del siglo XX. Junto a Miguel Delibes,  la gran deuda pendiente -e insalvable- de la Academia sueca con España.
                                                     
                                                 10) Charles Adams
Imaginen la trama argumental de ese capítulo. Ese muchacho escocés tiene que trabajar, si o si, en España. ¿La razón?. Generaciones de españoles nos hubiéramos quedado sin la consecuencia de su obra. El Recreativo de Huelva. Es decir: el fútbol.
                                                   
                                                      
Y tantos, y tantos, y tantos otros (y otras)....