miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tito Vilanova y la maldita enfermedad

A veces, una de las peores cosas frente a las que puede luchar un enfermo, es contra el estigma de su propio mal. Aunque sea por causas naturales o biológicas: todos, más tarde o más temprano, seremos otra hoja más arrastrada por el viento. Pero hay enfermedades que suscitan el morbo, el marujeo, el libertinaje para mentes generalmente poco ocupadas y con grandes dosis de aburrimiento. Nada hay que guste más al ser humano que ver caer a su semejante. Algo tan consustancial a la vida como la muerte, la enfermedad o la derrota da alas al mediocre: "ahí va fulanito, con mejor trabajo y sueldo que yo, con una mujer más guapa que la mía y unos niños encantadores. Pero yo tengo salud, gracias a Dios". Doy fe de que he oído esa frase aterradora en más de una ocasión.
Antes, la gente no enfermaba ni moría de cáncer. Tenía "una cosa mala" o una "maldita enfermedad". Aunque sus síntomas fueran conocidos por todos; la familia y el enfermo, celosos de que la intimidad del paciente es fragil como un vaso de plástico, trataban siempre de ocultar lo evidente. No sólo por el morbo; es descorazonador, como trabajador, conocer historias de personas que han visto cerradas las puertas de un empleo porque no era rentable tener a un empleado de salud delicada.
Esto pasa en el mundo de los anónimos. Pero hubo un tiempo en que los famosos, los rostros perfectos e invencibles que nos acompañan a través de la televisión, empezaron a dar el paso adelante. A decir la verdad sin tapujos. A derribar, a golpe de comparacencia de prensa, murallas de aislamiento en torno a enfermos de cáncer, SIDA, bipolaridad o alzheimer. Fueron personas reputadas en sus trabajos; los que nos firmaban el autógrafo también enfermaban como el vecino de la despampanante mujer y los críos encantadores.
Un paso de proporciones impagables, en la lucha contra el alzheimer, de hombres como Ronald Reagan, Adolfo Suárez o Pasqual Maragall. De las historias que el último viernes de cada  mes nos cuenta nuestra "Gente corriente" en Ceuta en la Onda -por si les interesa, esta semana a las 13.10- sobre bipolares, obsesivos y esquizofrénicos. Es decir, sobre Ford Coppola, Isaac Newton o Albert Einstein. ¿Estos también son locos?, cabría preguntarse. De la valentía de Freddy Mercury, Rock Hudson o Earvin "Magic" Johnson: el SIDA dejó de ser una cosa de putas, maricones y drogatas de esquina cuando la gente del papel rosa enfermó de lo mismo.
Y el cáncer. La maldita enfermedad: Luciano Pavarotti, Rocío Jurado, Miki Roqué, Carmen Cerdeira; María San Gil, Utxue Barcos o Esperanza Aguirre. Josep Carreras o Eric Abidal. Y ahora, Francesc "Tito" Vilanova. El hombre tranquilo. El continuador sosegado -quien sabe si realmente arquitecto- de la obra más perfecta que ha conocido el fútbol mundial desde aquel Milan de  Arrigo Sacchi.
Tito ha recaído. Y no lo ha ocultado, pese a sus -lógicos- miedos en torno a sus hijos; a como lo llevarán y asumirán; como serán respetados. Tito, alguien a quien no conozco personalmente pero que parece un tipo centrado y normal, pasará mañana por el quiríofano. Y yo, "merengón" que nunca se sintió tan culé como hoy,  espero que sea para bien. Porque por edad lo merece. Y porque su ejemplo, de triunfador sobre el cáncer y campeón de la vida, puede arrancar aplausos en todas las plantas de oncología del mundo.Y nunca viene mal a tantos enfermos abatidos un espejo en el que mirarse.
Anims y Força, Tito.

martes, 4 de diciembre de 2012

Aquel Madrid, este Barça...

Tito Vilanova ha conseguido, hasta el momento, lo que parecía complicado hace unos meses: que su Barça siga funcionando con precisión de reloj suizo sin echar de menos a Guardiola. Y del mismo modo, la relación entre el Barça y el Madrid parece -afortunadamente- más tranquila y sosegada que hace unos meses. Cierto es que tampoco hay réplica desde Concha Espina, puesto que Mourinho tiene bastante con enfrentarse con el mundo como para distraerse con el eterno rival.
De hecho, el equipo del marqués ha firmado el mejor arranque de la historia de la Liga sobre quince jornadas. Superando, curiosamente, al Madrid de Antic. Sólo la tendencia suicida de muchos directivos impidió que aquel equipo blanco, que no brillaba pero cumplía con creces, acabase levantando algún trofeo esa temporada. Era el año 91/92.  Con bastantes coincidencias como estas:
1) El Barça supera en once puntos al Real Madrid, que suma tres derrotas. A las quince jornadas de la campaña 91/92, los blancos sumaban 27 puntos por los 20 del Barça. Ocurre que entonces los triunfos se premiaban con dos puntos. Por tanto, la diferencia sería la misma que hoy entre Barça y Madrid: 11 puntos. A aquella jornada el Madrid llegaba invicto y el Barça con tres derrotas.
2) En aquella ocasión, el Madrid sólo había cedido dos puntos, ambos en el Bernabéu -sendos empates ante Fútbol Club Barcelona y Real Oviedo-, al igual que el conjunto de Tito. Sólo un empate, precisamente en casa y ante el equipo rival.
3) El Atlético de Madrid emergía como alternativa en aquella campaña. A la jornada decimoquinta, también llegaban los colchoneros como segundos, y también habiendo perdido en campo del tercero. Entonces, el Barça, hoy el Real Madrid. Por cierto, que un rojiblanco -Manolo Sánchez- acabó aquel año como Pichichi. Parece complicado que Radamel Falcao desbanque al final a Leo Messi, pero...
4) El equipo que defendía el título había ganado en verano la Supercopa de España. El Barça de Cruyff se había impuesto al Atlético, y este año el Madrid alzaba el torneo en el Bernabéu ante los culés.
5) José Mourinho afronta su tercera temporada en el Madrid con tres títulos -Copa, Liga y Supercopa- en su haber. Johan Cruyff también había ganado primero la Copa (89/90, 2-0 al Madrid en Mestalla) y luego la Liga.
6) Vilanova sustituye a un mito culé, como jugador y entrenador. Algo parecido le ocurrió a Radomir Antic, que a mediados de la campaña anterior sustituyó en el Bernabéu a un destituido Alfredo Di Stéfano
7) El Deportivo de la Coruña estaba, como ahora,  recien ascendido. El Barça se cruzó en primera ronda de la Champions  con un equipo alemán -el Hansa Rostock- y el Real Madrid, en esta ocasión, se ha visto con el Borussia de Dortmund.
8) El pichichi de la temporada anterior había jugado en el subcampeón. Butragueño en el Real Madrid y "La pulga". en el actual Barça
9) Un equipo se incorporaba, meses antes, al listado de Campeones de Europa tras eliminar al Bayern de Munich. El Estrella Roja de Belgrado alzaba al cielo de Bari su primera Champions meses antes eliminando a los bávaros en semifinales; el Chelsea se proclamó campeón en Münich, precisamente, ante los muniqueses. Ambos ganaron la final en los penaltis; los balcánicos lo hicieron ante el Olimpique de Marsella. Hablando de la Champions: entonces, como ahora, Londres era la sede de la final.
Aquella liga terminó con el Madrid haciendo uno de los mayores ridículos de su historia (el 3-2 de Tenerife) y el Barça ganando Liga y Champions. Evidentemente, no digo que la historia tenga por qué repetirse a la inversa pero, cuidado con las comparativas al final de Les Corts. En conclusión:  hay Liga.