sábado, 12 de marzo de 2016

Requiem por un barrio

El patio de mi infancia no olía a naranjos, sino a pollo asado del Baviera, que compartía galería con una administración de loterías, una tienda de lencería y un concesionario de automóviles. Cosas de un lugar en el que paisanaje repartía su tiempo entre el Avenida, el California o el Bar Flor; había incluso un Círculo cultural de un  barrio al que subía media Ceuta para comprar y también titularse como mecanógrafo o taquígrafo en El Pilar de Viti entre el bullicio de cualquier joyería, Vaquemar o Novedades. Me fascinaba este último comercio, en el que lo mismo comprabas una manta zamorana que una cinta de La Niña de la Puebla.
Como en Sudamérica, también había rivalidad entre La Chilena y La Argentina; así se llamaban las dos pastelerías entre las que se dividía un núcleo urbano por el que desfilaban como corderos camino del matadero aquellos quintos a los que la vida les había mandado hacer la mili en Regulares 54. Al barrio llegaron también las noticias: primero siendo la sede de aquel corto Diario de Ceuta de la familia Lería y luego la provisional de El Faro de Ceuta en tanto se reformaba la de Sargento Mena.
En Hadú, donde siempre hubo más bingos que losetas, el carnaval rompió el cascarón de la dictadura, justo al lado de donde Nicolás Molina "Nicol's" vendía zapatos de charol, reportajes de boda, fotos autografiadas de Hugo Sánchez o Diego Maradona con un sospechoso parecido caligráfico o donde las noches de verano eran sinónimo de cine. Con el añadido riesgo, eso sí, de que el 80% de las películas eran de kárate y al personal le daba por imitar al chino repartehostias de turno,
Molaba  que tus padres se comprasen -fue mi caso, si- un video Siera en Comercial Ramón y luego correr a alquilar la última de Rocky en el Hollywood o el Faraldo. Ganaba el primero, que siempre tenía una figura de tamaño real de Supermán o Rambo, lo que te permitía hacer el majara un rato si ibas acompañado de algún amigo.

Eso era al lado de un Magisterio que daba ambiente universitario al barrio. Desde Pintor el Greco hasta el Convoy de la Victoria, justo donde estaba la oficina de correos y donde se agrupaban los nazarenos y las cuadrillas del Cristo de las Lágrimas (el del Encuentro Chico o la Guardia Civil). Para ese encuentro o para que el marujeo más experto tratase de adivinar cual de los diez o quince mil acompañantes del Cristo de Medinaceli era el preso liberado momentos antes.
Hadú es Alfonso Murube; desde aquellos anuncios de Leche Pascual o Crisa que acababan con cualquier esperanza de siesta dominguera mientras jugaran los Quintero,  Julio Soler, Antelo o Manolo Pérez Santana. En la puerta de tribuna, durante un tiempo, el zoco. Preludio del mercado en el que aquellos cronistas del día a día como "El Málaga",  Luis el de la verdura o "Maimón/Manolo" el de la fruta pasaron tantos años trabajando. 
Hoy, al barrio mas mestizo -el nombre es San José-Hadú- le queda poco de su antiguo esplendor. Una cifra de paro espectacular, que supera el 60% en la edad juvenil, correspondida con el fracaso escolar. Un sinfín de locales en venta, alquiler o traspaso. Se construyó el Campus y la Biblioteca en el otro lado del Puente del Cristo, Sin caer en la cuenta de que, a excepción de los Cuerpos de Seguridad, los únicos sitios oficiales desde las Puertas del Campo hasta Sidi Embarek sean el de dispensación de Metadona y la consejería de Asuntos Sociales. 
"Si perdemos Hadú, perdemos Ceuta", me decía un amigo ya fallecido. Pues eso.... 


1 comentario:

  1. Buen artículo aunque le faltan cosas que por tu edad no conociste y que son parte muy importante del barrio . Radio Faraday, su maravillosa feria perdida por... podría numerar mil cosas y nombres en letras de oro de el barrio de mi vida donde nací y me crié. El barrio con más cines de Ceuta y el barrio donde los críos convivíamos con las prostitutas como algo normal. Dejo los recuerdos para otro momento. Lo dicho, BUEN TRABAJO.

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