sábado, 14 de junio de 2014

Simplemente, gracias

Cuando Vicente Del Bosque dio la lista de convocados para el Mundial, me callé. Sabía, como muchos aficionados, que la lista no es la que hubiéramos hecho la mayoría, pero como a todos los aficionados se me escapa "la otra selección": la del vestuario, sin cámaras ni taquígrafos, la del grupo humano. Se que el Marqués se decantó por acabar su ciclo futbolístico, para bien o mal, con los hombres con los que ha entrado en la gloria.
Por eso, respeto profundamente la lista de Del Bosque. Pese a que yo tampoco hubiese  incluido en la misma ni a Torres, Villa, Casillas, Costa o Piqué. No están, pero yo no soy el seleccionador., Y nos han dado mucho más de lo que ahora reciben.
España era una selección mediocre, acomplejada. Pero a un milagro en Austria le siguió un bendito verano en Sudáfrica, y a este una exhibición en Ucrania y Polonia. Y los españoles pasamos de no creer a ver como insuficiente ganar a Portugal en los penaltis de una semifinal y empatar con Italia en un partido inaugural. Y ya nos habíamos citado para Maracaná con Brasil. Como si fuese fácil. Como si no fuese verdad que el último equipo en ganar dos mundiales fue el de Garrincha o Pelé. Cómo si fuese mentira que esta es la única selección en ganar tres títulos de modo consecutivo. Como si creyésemos que nunca más íbamos a morder la arena.
Ayer Holanda nos dio un doloroso baño de realidad. El Guardiolismo ha muerto. Y con el un estilo, una manera de hacer las cosas que nos abrió puertas que nunca hubiésemos soñado. El futuro -inmediato- no es placentero. Por tanto, sólo cabe decir, a la espera de la sangre fresca de los Thiago, Alberto Moreno, Carvajal, Isco, Adrián o Bartra, una cosa. Simplemente, Gracias.

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