Agoniza el Ceuta: dentro de unos días podemos vivir la vergüenza de ver como nuestro equipo corre la misma suerte que el Sporting Promesas o el Poli Ejido. La suerte de clubes tan mal gestionados que ni siquiera fueron capaces de acabar la temporada. Y a fe que me duele.
Me duele, porque soy firme defensor de la teoría de que los equipos son el reflejo de las sociedades a las que representan. Nada mejor, por ejemplo, para definir a las "dos Sevillas" que la peculiar idiosincrasia de Sevilla y Betis.
Si damos por buena esa teoría -ustedes ven en su equipo lo que que ustedes viven en sus calles-, desde luego el Ceuta es el mejor ejemplo. Esta ciudad, que arrastra un considerable y preocupante complejo de si misma, y en la que creemos que la ineptitud ajena siempre va a ser mejor que el talento propia -ya se sabe que en Málaga, Sevilla o Algeciras los hacen con dos neuronas más y que fuera de Ceuta el orín huele a dama de noche- no podía resistirse a la tentación de tener un "club señor".
¿Qué es un club señor?. ¿Un equipo que infunda valores como la constancia, el ahorro o el trabajo, a la gente?. ¿Un club que respete al rival y tenga paciencia y sea consciente de que representa, en cada momento, a una ciudad?. No. Eso es un club con señorio. En Ceuta lo hemos entendido al reves.
En Ceuta hemos confundido señorío con despilfarro: no han sido pocos los desplazamientos a Algeciras (¡¡¡Algeciras!!!), La Línea, San Fernando, El Puerto de Santa María, Marbella o Estepona en los que el Ceuta ha viajado dos días antes para "desconectar". Ni los stages de pretemporada en entornos naturales para "fomentar la convivencia". En entornos naturales. Ahora me entero que el Chorrillo o los pinares de García Aldave son polígonos industriales. Y todo esto con dinero público.
Ni los cambios de entrenador, que han dado lugar al histriónico dato de que el Ceuta haya tenido más técnicos en quince años de historia que el Liverpool o Manchester United en más de cien. ¿Un equipo como el Ceuta, fuera del play off de ascenso?. Por favor....
Ni las complejas estructuras -entrenador, segundo entrenador, director deportivo, masajista, preparador de portero, psicólogos, gabinete de prensa, ats/due, etc- que ha tenido el Ceuta. Cuidado: nada que objetar al trabajo de estos profesionales: si lo han cobrado, y lo han cobrado bien, para algo se les requirieron sus servicios. Pero vayan haciendo números.
En conclusión: que el Ceuta, como Ceuta, ha vivido por encima de sus posibilidades. Y que el Ceuta, como Ceuta, se ve agonizando por haber sido cigarra cuando tocaba ser hormiga, por recelos personales y por ese gusto que tenemos en esta tierra de sacarnos el ojo para que el vecino quede ciego. ¿Culpables?. Por lo que he podido indagar en los últimos días, todo el que ha tenido algo que ver con el Ceuta en el último lustre, en mayor o menor medida. ¿Víctimas?. De momento, dos. Por un lado, un grupo de jugadores, técnicos, utilleros y administrativos que se ven en el siempre doloroso trance de pedir dinero a los padres para ir a entrenar, de vivir tres en un piso o de ser desalojados por no pagar el alquiler. Y por otro, el Ceuta que, como la mariposa de Lole y Manuel, pasará dentro de poco de reinar en el prado a quedar expuesto en un museo de breves bellezas muertas
Has dao en el clavo Juanjo, picha. Y a fe que me duele. Mucho ademas.
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