José Mourinho se va llevándose razón en algunas cosas y dejando mil demonios. La presencia del técnico de Setúbal en el banquillo de Concha Espina ha sido positiva si medimos que en las dos primeras hubo título, que el Madrid ha vuelto a competir hasta el final y que el trauma que suponía jugar contra el Barça ha pasado a mejor vida. Lo peor es la relación calidad/precio: una Liga, una Copa y una Supercopa son poco rédito para tanto gasto en fichajes, para haber dinamitado un vestuario. De la imagen del club no hablo. El señorío, el convertir en religión las historias que cuentan los abueletes a pie de obra, es cuestión del palco. No de un tipo al que se le contrata para que gane y recorte diferencias con el Barça.
Ahora parece que llegarán Jupp Heynckes o Carlo Ancelotti. El italiano parece estar en línea de salida; es amigo del presidente blanco y tiene cierta experiencia domando "starlettes". Otra cosa es que, como me temo también ha ocurrido en el caso del portugués, estas estrellas no tengan el menor reparo en tirar de teléfono para desestabilizar el vestuario desde la zona de moquetas. Lo del alemán es una maniobra desesperada: volverle a traer, cuando aún recordamos el enorme vacío que el club hizo a su entrenador esperando a Camacho y el desprecio con el que le pagaron traer la Copa de Europa al Bernabéu 32 años después. Dificilmente, el técnico alemán querrá regresar, sabiendo que con el gol de Robben ponía el mejor epílogo posible a una carrera tan respetable como dilatada.
Llega, pues, la hora de la normalidad. El Madrid debe desprenderse, si o si, de eternas promesas que no acaban de explotar-lease Benzema-, de viejas glorias en busca del mejor retiro y deshacer camarillas. Y dar sangre fresca, de abajo, a un equipo que tiene una urgencia histórica mayor que La Décima: conquistarla con gente del club.
Se me antoja que ante este panorama, llega la hora de "volverse loco". De firmar a tipos jóvenes, o que propongan algo diferente a los modismos. De gente que no genere una catársis y construir desde lo que deja Mou. Cualquiera le mete esto en la cabeza al "mourinhismo", pero me da que el Madrid tiene más opciones que el alto pedigrí. Con un poco de paciencia, puede ser la hora de leyendas blancas como Zidane, Laudrup o Hugo Sánchez, o de fajadores como Unai Emery, Quique Sánchez Flores o Joaquín Caparrós. Continuísmo en el estilo -o lo que quiera que tenga el Madrid-, y capaces de trabajar con la cantera. ¿Qué no han ganado nada?. Ya lo dijo Tácito: es poco atractivo lo seguro. En el riesgo, está la esperanza.